IBM ha rodado el que ya es el corto más pequeño de la historia, y no por su duración, si no por sus protagonistas: los átomos, que ampliados 100 millones de veces gracias a un supermicroscopio son manipulados creando con ellos una secuencia de animación.
Se trata sin duda de un trascendental avance científico a la hora de manipular la materia, pero su relevancia cinematográfica bien podría compararse con la primera película de los Lumiere o el primer corto de animación de Mickey Mause.
"A boy and his atom", que es como se titula esta pequeña pieza... que en este sentido deja de ser una curiosidad, sorprende sobre todo por la minuciosidad con la que se han desplazado una a una las moléculas a una distacia de nanómetros y capturándolas en 242 fotogramas utilizando por ello el viejo método del stop-motion..
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