Tenemos el placer de hablaros de PPBC Productions, quizá a muchos no os suene el nombre de
esta sociedad de cortometrajistas amateurs capitaneada por Rubén Latorre como
no os sonarán muchos otros trabajos de cineastas (porque son cineastas con
todas las letras) que levantan sus trabajos desde sus casas con programas de
edición domésticos. Pero el caso de PPBC merece especial atención. Primero por
su amplio currículo de cortos amateurs (superan la treintena), y segundo por su
salto cualitativo hacia la animación casera. Y que no se entienda casera por
poco profesional (Ray Harryhausen se revolvería en su tumba si alguien osara).
En esta nueva era de
PPBC, el cortometraje ‘Robot Life’ se presenta como su mejor carta de
presentación, un corto animado con programas de fotografía básica cuya factura
final tiene poco que envidiar a producciones profesionales basándose en la
siempre emotiva técnica del stop-motion. ¿Pero de dónde nace PPBC?
Entrevistamos a Rubén Latorre, director de ‘Robot Life’ (obra que le ha valido
el beneplácito de la productora de videojuegos Amanita Design, en la que se
basa el corto a modo de homenaje) y uno de los principales responsables de un
buen puñado de cortometrajes amateur desde que él y unos cuantos amigos crearon
PPBC por el mero gusto de hace películas.
TODO EMPEZÓ EN EL INSTITUTO
“Pues todo empezó en el instituto, como a
muchos les ha pasado… en noviembre de 1998 nacía PPBC Productions y nuestro
primer proyecto, un mediometraje a modo de cutre homenaje a la película ‘Torrente:
el brazo tonto de la ley’. Los inicios fueron bastante horribles, pero fuimos
mejorando poco a poco”.
“El balance es más que positivo, lo hemos
pasado genial haciendo cortometrajes, y hemos aprendido mucho, la verdad. Pero
todos sabemos que el mundo del cortometraje es muy complicado, y más aun el del
cortometraje amateur. Me he encontrado de todo, desde gente muy entusiasta y
que te ayuda a difundir tus proyectos, ya sea con proyecciones o quedadas,
hasta barreras de todo tipo, concretamente en los certámenes y festivales,
donde las producciones profesionales lo acaparan todo”.
“Para una producción amateur, sin presupuesto,
es casi imposible poder competir en igualdad de condiciones con una producción
profesional. Ya puedes tener un buen guión y haberlo realizado muy bien, que
generalmente el envoltorio de una producción profesional te hará mucha sombra,
por mucho que digan lo contrario”.
Una producción amateur, por muy bien realizada
que esté, es casi imposible que compita en igualdad de condiciones con una
producción profesional. Lo repetimos, porque posiblemente es algo que haya
pensado cualquier realizador (con o sin formación) que se haya plantado con su
corto en un festival (aunque éste se presente orgulloso con una sección
amateur).
¿CÓMO HACER UN CORTOMETRAJE AMATEUR?
Pero PPBC se ha sobrepuesto a todo eso. Ya sea
insistiendo en la producción amateur sin ínfulas de pretensión (algo que se
puede observar en el uso de la música o haciendo explícito e los créditos los
programas usados en la edición), ya sea en trabajos externos o incluso en la
creación de sus propios premios (las “Pinzas de Oro”) para reconocer el trabajo
de quién se ha prestado a trabajar con ellos.
Además, su blog, ofrece un fabuloso decálogo
sobre “cómo hacer un cortometraje amateur” accesible a todo el mundo, en el que
Latorre comparte todo lo aprendido a base del ensayo-error en sus cortos, desde
aquel “torrentiano” ‘El brazo facha de la ley’ (1998), hasta joyas ocultas como
‘The Hell House’ (2002), ‘Avance informativo’ (2003) o ‘En el infierno no se
bebe Pepsi’ (2007), pasando por su delirante saga sobre ‘Yogur y ketchup’ y
hasta desembocar en las producciones de animación ‘Operación Rescate’ (2012) y ‘Robot
Life’ (2013).
“Es simplemente una pequeña guía”, dice
Latorre, “con los aspectos básicos que debemos de tener en cuenta a la hora de
realizar nuestro primer cortometraje amateur… ¿Qué consejo les daría? Pues que
sean valientes y que disfruten, que lo hagan sin pretensiones y que tengan
siempre presente sus limitaciones. Hoy en día es fácil encontrar un hueco,
Internet es enorme y hay espacio para todos y para todo tipo de proyectos, otra
cosa bien distinta es triunfar”.
Las limitaciones técnicas, la diferencia entre
el guión literario y el técnico, las localizaciones, la producción y el casting,
el siempre problemático sonido o el lenguaje de los planos son algunos
capítulos que Latorre comparte, sin pretender que la obra de PPBC sea un
paradigma cinematográfico.
PPBC ANIMATIONS
Y así llegamos a las producciones animadas de
PPBC. La historia de ‘Robot Life’ sigue ensombrecida injustamente como
cualquier producción amateur. Si bien como comentábamos anteriormente no tenía
otra pretensión que la del homenaje a la aventura gráfica del estudio checo
Amanita Design, que además ha acogido calurosamente este fan job.
“En realidad, la idea de hacer un cortometraje
de animación protagonizado por robots era algo que tenía en mente desde que
probé por primera vez ‘Machinarium’, una obra de arte hecha videojuego y que,
sin duda, y me sirvió de inspiración”.
“En cuanto a lo que quería contar mediante
este universo inspirado de ‘Robot Life’, lo cierto es que guarda ciertos
paralelismos con nuestra sociedad actual, o por lo menos con algunos problemas
de la sociedad que nos rodea, desde la corrupción política o la falsa
democracia, hasta la exclusión social del individuo”.
En efecto, las referencias a la represión de ‘Robot
Life’ son palpables en su desarrollo y aunque se hecha de menos una conclusión épica
el ejercicio sirve para reivindicar el trabajo de la animación artesanal.
“PhotoShop ha sido una de las herramientas
utilizadas”, confiesa Latorre, “ya que principalmente he utilizado Premiere
Pro, y también de Adobe, para la captura de imágenes y para los trabajos de
edición. Pero es cierto, PhotoShop es una herramienta sencilla y muy útil”.
Así, “la experiencia de rodar ‘Robot Life’ ha sido
muy trabajosa, pues cuenta con un importante número de decorados y personajes.
Soy consciente que como segundo proyecto es algo complejo y que debería haber
hecho cosas más pequeñas y simples; vamos que me he complicado un poco la vida
para ser mi segunda experiencia con la animación y sé perfectamente que ‘Robot
Life’ tiene un amplio margen de mejora".
En cuanto a la primera experiencia de PPBC Animations, ésta lleva el título de ‘Operación Rescate’. Y si ‘Robot Life’ desprende un aroma distópico a lo ‘1984’ o ‘Yo Robot’, esta primera incursión hecha con los clásicos soldaditos de plástico y ambientada con música de videojuego (vaya por delante el homenaje sin pretensiones económicas) levantará más de una sonrisa de entrañable empatía entre los espectadores que vean nada menos que una peculiar versión de ‘Doce del patíbulo’.
En cuanto a la primera experiencia de PPBC Animations, ésta lleva el título de ‘Operación Rescate’. Y si ‘Robot Life’ desprende un aroma distópico a lo ‘1984’ o ‘Yo Robot’, esta primera incursión hecha con los clásicos soldaditos de plástico y ambientada con música de videojuego (vaya por delante el homenaje sin pretensiones económicas) levantará más de una sonrisa de entrañable empatía entre los espectadores que vean nada menos que una peculiar versión de ‘Doce del patíbulo’.
“Existen dos motivos por los cuales he dado el
salto a la animación”, nos explica Latorre, “por un lado, siempre me ha
fascinado la animación en stop-motion, y por otro lado, el hecho de no disponer
de tiempo libre con los amigos para realizar proyectos hizo que me decantara
por esa opción, ya que era algo que podía hacer yo solo. Además, la animación
te permite ser más creativo y tocar temas o estilos que son más difíciles de
llevar a cabo en imagen real, sobretodo en producciones amateurs, donde no
suele haber presupuesto”.
EL FUTURO ESTÁ A NUESTRO ALCANCE
Y una vez más, este realizador amateur, que
como tantos otros ha abusado de la paciencia de amigos y familiares vuelve a
dar en el clavo. El futuro es una incógnita por la que no todos luchan en
igualdad de condiciones. Y el cineasta amateur se tiene que enfrentar no pocas
veces a la fina línea divisoria que separa el placer de la profesionalización.
Además, nos encontramos en un momento en el que
(para bien o para mal) todo cambia. La democratización del cine se ha
convertido en algo tan voraz que (aunque parezca mentira) restringe el acceso
al artista amateur. Los profesionales dan un paso atrás y adoptan las técnicas
digitales que habían favorecido la libertad cinematográfica, y aquellos que
rodaban en MiniDV como aquellos que lo hacían en Super8 se descubren obsoletos,
y las nuevas plataformas de cine Low Cost o bienintencionadamente amateurs
acaban por rendirse a renombres que abrazan la alternativa de la crisis
olvidando su filosofía.
“Si, son tiempos en que todo cambia,
especialmente a nivel tecnológico”, dice Latorre. “Somos muchos los que todavía
grabamos en formatos cada vez más obsoletos o en desuso, pero por suerte las
nuevas tecnologías no son muy caras, hay de todo… Aunque pueda parecer una
desventaja para el cortometrajista amateur, lo cierto es que hay material HD a
precios razonables y programas de edición novedosos que te permiten hacer cosas
realmente interesantes. Todo eso te ayuda a conseguir resultados más
profesionales”.
En este contexto y “por el momento, PPBC Productions
/ PPBC Animation tiene varios proyectos a la vista”. Todo, o casi todo, cambia.
Pero las reglas básicas del trucaje cinematográfico son inmunes a cualquier
avance tecnológico. Afortunadamente se seguirán haciendo maquetas en los garajes,
y sobreimpresiones y trucajes. Se seguirá haciendo cine de manera amateur… como
siempre se ha hecho.
En este contexto, Latorre nos avanza su
próximo proyecto, que huele a nostalgia y a Harryhausen, a stop-motion y rol…
un corto con las figuras del popular juego de mesa HeroQuest… Ahí queda eso.
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