12/9/13

Mi vida en un instante


La publicación del impresionante vídeo realizado por el editor Anthony Cerniello, en el que envejece a su amigo y modelo Danielle desde la niñez hasta la avanzada edad mediante un simulador 3D, nos ha hecho recordar otros experimentos fotográficos anteriores que han intentado captar nuestra efímera vida en un instante sin recurrir a los efectos digitales.


Sin duda, el más famoso es el caso de Noah Kalina, un fotógrafo que se retrató cada día durante seis años entre 2000 y 2006. Su montaje de vídeo se hizo tan popular que no tardaron en surgir imitadores, incluyendo al propio Homer Simpson. De modo que otros seis años después añadió a su videoarte otra nueva tanda de fotos alcanzando así las 4.514 instantáneas que atestiguaban el paso del tiempo desde el 2000 hasta el 2012.


Los vídeos surgidos desde entonces (más o menos profesionales) vienen a demostrar la susceptibilidad de transformación del retrato doméstico o el álbum de viaje en pieza de arte. Christoph Rehage lo hizo así con las instantáneas que se tomó a si mismo durante los más de 4.500 kilómetros que hizo atravesando China y que montó bajo el título de 'The longest way'.


Pero Internet está repleto de vídeos como estos, todo parecidos pero en esencia diferentes. Ya que cuentan tanto historias distintas como una emotividad diferente. Cabe destacar, por su concepto de fotomatón, el videoclip 'Living my life faster (para Janken Popp), ocho años del proyecto de foto diaria de JK cuya primera instantánea se remonta a 1998, y en cuyos créditos incluye un agradecimiento a Noah (suponemos que Kalina).


Desde un punto de vista cinematográfico, esta obsesión por captar la vida desde un objetivo fílmico ha sido tentada en incontables ocasiones. Pero es en el cortometraje donde encontramos el mejor ejercicio de aproximación. Se trata del corto francés 'Le miroir', de Ramón & Pedro, un melancólico cuento visual rodado desde el dificultoso plano subjetivo de su protagonista en su cuarto de baño durante toda su vida.




Esta fascinación por captar la evolución desde un punto de vista realista tiene su origen en otra colección de vídeos de carácter científico o docente, los que se centran en la descomposición (que, nos guste o no, es lo mismo). Véase el histórico vídeo del conejo convirtiéndose en abono para dar paso a nueva vida.

Pero centrémonos en cosas más alegres para hablar de este género propio que, aunque venga a recordarnos la fugacidad de la vida, su aceleración consigue paradójicamente evocarnos un sentimiento de placer. Esto adquiere una especial emotividad en los vídeos domésticos creados por familias para retratar el proceso de embarazo durante los nueve meses de gestación. 



Al fin y al cabo, el ejercicio del retrato ha dotado históricamente de inmortalidad al modelo, y afortunadamente este don ya no está relegado a reyes y conquistadores, sino que cualquiera, gente corriente, puede ser susceptible de captar su vida en un instante, y dotarla de una gran importancia.

Terminamos, para que nos sirva como ejemplo, con el extraño caso de Dale Irby, un profesor de Dallas que durante cuarenta años se hizo la foto de principio de curso con la misma ropa tras ser retado por su mujer. Recopilando estas fotos históricas, la broma se convierte en hazaña.



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